En diversas culturas sobre todo las orientales el rito, las ofrendas y los cantos forman parte esencial del diario vivir, estas actividades se convierten en rutinas tanto como comer o dormir. Ya sea una flor, una fruta, un aroma o un canto, todo es entregado con profundo amor desde un corazón ferviente, y es siempre bien recibido por un dios, por la naturaleza o por aquella forma en la ellos consideran habita la divinidad.
En muchas ocaciones durante mis talleres de Yoga y Astrología suelo entregar una pequeña ofrenda a mis alumn@s, mis Maestros, siempre dentro de un espacio limpio y cuidado que refleje mi sentir, Por lo general suele ser alimento y bebida que luego disfrutamos todos en un dulce compartir. Esta ofrenda suelo llamarla según la palabra sánscrita Prâsad.
Si buscamos en un diccionario sánscrito encontraremos esta definición:
"Prâsad. Alimento ofrecido a los dioses,
aceptado por ellos, y que a continuación es distribuido a los fieles."
Abriendo arquetipos, un alimento puede significar "todo aquello que aporte nutrientes" y bajo este concepto un prâsad no seria solamente algo ingerido por nuestro sistema digestivo, también podemos trasladarlo a todo aquello que nos nutra personalmente, que nos aporte bienestar físico, mental y espiritual como por ejemplo una clase de yoga, un paseo por el campo, un estudio determinado, una velita, un aroma, una respiración consciente, incluso un revitalizante baño de mar. Ofrecemos nuestro prâsad a nuestro cuerpo y alma como reflejos de todo aquello divino y amado en nosotros y en los demás.
La naturaleza nos honra continuamente entregando
su Prâsad a la humanidad.
"Cada pequeño gesto que te haces a ti mismo o a los demás tiene el potencial de crear un gran impacto". Y que ese impacto se traduzca en una poderosa transformación personal que lleve a explorar nuevos escenarios llenos de nutrientes de todo tipo, calidad de vida, comprensiones y autoconocimiento.
¿Y cuál es tu Prâsad para hoy?
Irma Antar Yoga
