Si nuestro cuerpo es 80% agua ¿que nos impide ser flexibles y practicar yoga?
Siempre he comentado en mis clases que la rigidez en la
práctica del yoga está en la mente y no en el cuerpo. Somos agua, lo que
permite que nuestro cuerpo se pueda mover sin límites, cultivando el correcto
entrenamiento y disciplina (reconocimiento) que permita conectar con la esencia
perdida, fluidez, movimiento orgánico y adaptación.
"Aprende a mirar tu cuerpo como a un río en el cual
casa célula es una gota de agua. En cada movimiento, hay células que nacen y
células que mueren. nacimiento y muerte se sostienen entre sí".
Thich Nhat Hanh
Si llenas una vasija de agua, el agua tomara la forma de la
vasija. El agua es adaptable, cambiante y fluida al igual que nuestro cuerpo.
La rigidez nace de formas de pensamiento limitantes, como el "yo no puedo,
yo no llego, esto no es para mí". Es hora de desprenderte de esta frontera
física y mental, y reconocerte adaptable, cambiante y fluido para navegar sin
miedos en la corriente de la vida.
Este reconocimiento te permitirá vivir dentro de los ciclos
vitales naturales, acompasado, ligero y atento a lo nuevo. Así como el agua
vive en forma de lluvia, en forma de nube, en forma de océano, en forma de
hielo, sin conflicto alguno, tu defines el estado vital sobre el cual vibrar y
respirar, descubre que adaptación deseas experimentar.
Sumérgete en el río, fluye en la corriente del Ahora, choca
con las piedras no te detengas, golpéalas y adecúate a ellas, déjate acompañar
por hojas, ramas secas, sonidos, peces, y lánzate a lo desconocido. Toma la
forma del cauce, adáptate Aquí, a lo nuevo, al momento, y que cada instante sea
un nuevo comienzo.
Irma González Rivas