lunes, 15 de enero de 2018

La importancia del descanso (I)



Todo tiene un ciclo y su propio tiempo, la manifestación cumple con las leyes de un nacimiento, un crecimiento y un declive para volver a iniciar una nueva vuelta. Lo podemos observar nosotros mismos en nuestros cuerpos, en el cabello, en las células, y más allá en nuestro entorno, en el sol, la luna, las plantas, los animales, los océanos con sus continuas mareas de renovación. Todo lo que está vivo se percibe en continuos y relajados ciclos.

Aun así es muy difícil para el ser humano respetar sus propios ritmos, hemos perdido el ritmo de lo natural y hemos "ajustado" nuestra forma de vida a un traje muy ceñido que ahoga y contiene, haciendo que nuestro cuerpo y nuestra mente se vea sometida a procesos que no fluyen con sus verdaderos ritmos, a pesar de esto el cuerpo se adapta y reacciona ¿pero a qué precio?

Pensamos que con llegar a casa y tumbarnos en el sofá estamos descansando, o tal vez con dormir 6-7 horas hemos descansado, o con salir después del trabajo a seguir con actividades extras estamos descansando. Todo muy lejos de la realidad y de los sabios ciclos del cuerpo humano.

"Ningún ser vivo contempla saltarse los ciclos marcados. Ningún ser vivo pretende estar en lo alto del ciclo todo el tiempo, con la energía a tope y el ánimo intacto. Ningún ser vivo intenta ir contra lo natural. Solamente nosotros. No respetamos nuestros altos y bajos, no respetamos nuestros descansos. No toleramos que nadie detecte que no estamos al cien por cien. No da buena imagen descansar, no da buena imagen recuperarse, no da buena imagen dormir, no da buena imagen sentarse a mirar al horizonte, no da buena imagen rendir poco."

El descanso va más allá de un simple estado de disfrute, tampoco parar es descansar. Descansar es un estado, es una forma de vida, vivir descansado implica actuar bajo los ritmos naturales del cuerpo en armonía con el entorno, respetar sus estaciones, sus funciones fisiológicas, descansar implica conversar con tu cuerpo y escucharlo a cada instante con atención, respondiendo no desde hábitos establecidos por el entorno sino por las necesidades que él presente a cada momento.



Irma González Rivas